¿Cómo duchar a tu mascota?
Duchar a una mascota es un proceso muy sencillo pero en el que hay que tener una serie de tips en cuenta para que todo salga bien. A continuación te contamos cómo hacerlo paso a paso para que tanto tú como tu mascota estéis felices.
Duchar al perro paso a paso
- Un buen cepillado
Antes de bañar a tu perro es muy aconsejable que lo cepilles primero para eliminar el pelo muerto. Además, el cepillado viene muy bien para remover la suciedad acumulada en su cuerpo y que, de esta manera, sea más fácil de eliminar durante el baño.
- El momento de la ducha
Una vez hayas cepillado a tu mascota, ya está lista para su ducha. Lo primero es mojarlo con agua tibia; evita el uso de agua caliente, incluso en los meses de invierno, porque no es nada beneficiosa para su piel y, además, el cambio de temperatura no sienta nada bien a los perros.
La forma correcta de mojarlo es desde el cuello hasta la cola, evitando la cabeza. Si te es posible, mejor evita mojar a tu mascota con una manguera; un cubo es mucho mejor y, además, puedes controlar mejor la cantidad de agua que gastas.
A continuación, debes aplicar un gel específico para perros; evita utilizar el mismo gel que utilizas tú porque puede irritar su piel. La cantidad depende del tamaño del perro, pero intenta no aplicar en exceso porque si la cantidad de gel es abundante, el aclarado puede convertirse en una odisea.
Y, por último, ya solo te queda aclarar. Es muy importante que no quede ni un solo resto de gel en su cuerpo porque puede provocarle picazón. Por lo tanto, debes prestar especial atención a este paso. Saber si lo has aclarado bien es muy sencillo; verás que el agua corre suavemente, sin ningún tipo de impedimento sobre tu perro.
- El secado
Una vez finalizada su ducha, los perros sienten la necesidad de sacudirse inmediatamente. Si no quieres que moje todo el baño, puedes envolver su lomo con una toalla. Una vez se ha sacudido, sécalo con cuidado con una toalla. Hay perros que se dejan secar con el secador; si quieres probarlo, el secador tiene que estar a temperatura normal, no caliente, y estar situada a unos 30 centímetros de distancia del cuerpo del animal. Si secas a tu perro con secador, evita la cabeza.