Descubre cómo debes exfoliar tu piel bajo la ducha

Aparte de consumir alimentos y frutas que te ayudan a frenar la aparición de celulitis, es importante que lleves a cabo una rutina de ejercicios y manejes correctamente tu temperatura corporal, para mejorar la tonicidad de la piel y hacer que luzca más bonita. Los cambios de temperatura podrás realizarlos en la ducha y prepararán tu cuerpo para el otoño, dado que activarán la circulación y el retorno venoso. Además, la exfoliación debe convertirse en uno de tus rituales de belleza para eliminar las células muertas de tu piel antes de darte tu dosis diaria de crema hidratante. Es importante que, a partir de los veinte años, te hidrates todos los días con una crema especial para tu tipo de piel. Es importante que seas consciente de que te des cuenta de que de nada sirve aplicar crema sobre una piel que está llena de impurezas, ya que no dejaremos que el producto penetre completamente en los poros y cumpla su funcionalidad. Descubre más razones por las que debes hidratar tu piel y cómo tienes que hacerlo.

Conoce cuáles son los beneficios de exfoliar tu piel en la ducha

Las células de nuestra piel se multiplican día a día y se van renovando. Cuando nos exfoliamos, aceleramos este fenómeno que se produce de manera natural y se estimula la microcirculación sanguínea de la superficie de la piel y la regeneración celular. En el momento en el que se elimina la capa de células muertas de la superficie, nuestra piel se encuentra mucho más receptiva y absorberá los productos que apliques. Además, la piel recupera su suavidad natural y su flexibilidad, y se verá más sana, joven, cuidada, hidratada y menos flácida.

En el mercado hay exfoliantes para todos los gustos y para todos los tipos de pieles. Para el cuerpo, suelen utilizarse exfoliantes más fuertes, que tienen fibras de esponja vegetal natural, con cristales de sales marinas, loofah o camomila. Los exfoliantes en gel o en crema que tienen bolitas exfoliantes de tipo scrub son la mejor pción para utilizarlos en casa. Las micropartículas suelen ser de albaricoque, silicio, polietileno, sal, de hueso o de albaricoque, en la mayoría de los casos. Resultan más sencillos de trabajar mediante masajes y dejan en la piel muchos menos residuos, por lo que también ensuciarán menos cuando lleves a cabo tu rutina de exfoliación e hidratación.

La ducha es, sin duda, el lugar idóneo para aplicar el exfoliante, dado que podrás hacerte un masaje y eliminar los restos del producto que sobren después del tratamiento. Hay que tener un especial cuidado cuando se aplica en los pies, dado que, según la textura que tenga el cosmético, tendrás que tener precaución y permanecer alerta para no resbalarte cuando te lo apliques. Asimismo, es esencial que sepas que la temperatura del agua cuando te impregnas este producto no debería ser superior a los 35 grados. Te recomendamos que finalices tu tratamiento con un chorro de agua fría.